Escapada de 5 días por Dublín, Belfast y la Calzada de los Gigantes

26.10.2025

En octubre de 2025 he hecho mi tercera visita a este país con una escapada corta pero llena de historia, paisajes impresionantes y un paisaje otoñal de cuento. En este post te cuento nuestra ruta de 5 días por Dublín, Belfast y la Calzada de los Gigantes, un recorrido perfecto para descubrir lo mejor de Dublín y Irlanda del norte en pocos días.

Día 1: Llegada a Dublín y ambientazo en Temple Bar

Salimos de Barcelona a las 4 de la tarde y al llegar fuimos directas al hotel en autobús. Nos alojamos en el The Earl Hotel Leeson Street, muy recomendable si buscas algo céntrico, moderno y con una atención de 10.

Por la noche salimos a pasear por la zona de Temple Bar, que un viernes se llena de música, pubs con luces de colores y muchísimo ambiente. Es el corazón nocturno de la ciudad, donde puedes escuchar música en directo casi en cada esquina.  Para cenar elegimos Bambino, una pizzería pequeñita tipo take away con pizzas espectaculares (¡y bastante cola!). Nos las llevamos al hotel y nos la comimos en la pequeña zona con mesas súper acogedoras mientras cerrábamos el planning de los siguiente días. 

Día 2: De Dublín a Belfast – Mercado de St. George, Titanic y murales

Empezamos el día con un desayuno en Coffee Angel, donde te recomiendo probar los croissants de almendra (buenísimos). Luego cogimos un autobús hacia Belfast, la capital de Irlanda del Norte. Toda la parte más logística del viaje te la dejo en este otro post. 

Al llegar, dejamos las maletas en el alojamiento y nos fuimos directas al St. George's Market, uno de los mercados más antiguos de Irlanda. Funciona desde el siglo XIX y los fines de semana tiene un ambientazo increíble. Hay puestos de comida local, artesanía, música en directo y un montón de opciones para picar algo o comprar souvenirs hechos a mano.

Después de comer, visitamos el Titanic Quarter, la zona portuaria donde se construyó el famoso barco. Allí está el Titanic Belfast Museum, un edificio impresionante con exposiciones interactivas sobre su historia. Vale la pena dar un paseo por el puerto aunque no fue nuestra zona preferida de Belfast. Nosotras no entramos en el museo porque el Titanic tampoco es algo que nos interese en exceso y la entrada son 32€ por persona.

Terminamos el día en el barrio de los murales, una de las zonas más simbólicas de la ciudad. En Falls Road y Shankill Road los muros están llenos de arte urbano que refleja los conflictos políticos y religiosos que marcaron la historia de Irlanda del Norte. Hoy, muchos murales son símbolos de paz y memoria. 

Día 3: Excursión a la Calzada de los Gigantes

El tercer día lo dedicamos a una excursión de todo el día desde Belfast con Civitatis. Fue sin duda el día más impresionante del viaje.

La primera parada fue el Carrickfergus Castle, un castillo medieval muy bien conservado a orillas del mar. Después continuamos hacia The Dark Hedges, una carretera rodeada de hayas que se hizo famosa por aparecer en Juego de Tronos. Aquí es donde te paran para comer y si quieres ahorrarte algo de dinero no te pierdas este post.

Tras la comida llegamos al plato fuerte del día: la Calzada de los Gigantes. Este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO está formado por más de 40.000 columnas hexagonales de basalto creadas por una antigua erupción volcánica hace 60 millones de años, en la edad de hielo. Según la leyenda, el gigante irlandés Finn McCool construyó el camino para llegar hasta Escocia y enfrentarse a su rival. Sea cual sea la historia que consideres más fiable, el paisaje es alucinante. Las formas geométricas, el color del mar y el verde de los acantilados crean un escenario mágico. De regreso a Belfast paramos en el castillo de Dunluce, en ruinas y situado sobre un acantilado con vistas espectaculares. 

Tras un día lleno de naturaleza, historia y carreteras rodeadas de ovejas, volvimos a la ciudad para pasear por el centro, curiosear en Primark (está en un edificio increíble y la sección de Home es enorme) y cenar en Bunsen, una hamburguesería muy top que también tiene local en Dublín.

De vuelta a Dublín – Descubriendo la ciudad

Después de desayunar y hacer las maletas, cogimos el bus de vuelta a Dublín.

Comimos en The Church, uno de los restaurantes más originales de la ciudad. Está ubicado dentro de una antigua iglesia del siglo XVII donde se casó Arthur Guinness (el fundador de la cerveza Guinness). Conserva los vitrales, el órgano y la estructura original y probar allí el fish & chips nos pareció una experiencia genial. 

Por la tarde visitamos el Trinity College, una de las universidades más prestigiosas del mundo. Su biblioteca, la Old Library, es un lugar mágico con estanterías infinitas y bustos de filósofos. En ella se conserva el Libro de Kells, un manuscrito del siglo IX considerado una joya del arte celta. Ahora la gran mayoría de libros no están en la biblioteca porque los están categorizando, pero aún así la visita vale muchísimo la pena. 

Después paseamos por la zona del castillo y la Christ Church Cathedral, donde se encuentra la escultura del Homeless Jesus. La original está en Toronto, pero hay réplicas en varias ciudades del mundo (incluida Barcelona). También aprovechamos para tocar las tetas de Moolly Malone, la estatua que representa el personaje de una canción mítica de Irlanda que habla de una chica que durante el día vende berberechos y mejillones en el mercado y por la noche ejerce la prostitución. 

Continuamos hacia el George's Street Arcade, un pequeño mercado cubierto con tiendecitas de artesanía, ropa vintage y una librería de segunda mano encantadora. De ahí nos fuimos al St. Stephen's Green Park, que en otoño se llena de colores increíbles, y entramos al Stephen's Green Shopping Centre, un centro comercial con una cúpula de cristal impresionante y una estructura metálica que es un icono arquitectónico de la ciudad.

Antes de acabar el día, dimos una última vuelta por Grafton Street, la calle más animada de Dublín, llena de tiendas, luces y músicos callejeros que ponen banda sonora al atardecer.

Día 5: Ciervos en Phoenix Park y despedida de Dublín

El último día madrugamos para ir a Phoenix Park, uno de los parques urbanos más grandes de Europa, donde viven ciervos en libertad. Pasear por allí temprano es una experiencia mágica si tienes suerte de verlos.

Justo al lado está la Kilmainham Gaol, una antigua prisión convertida en museo donde fueron encarcelados muchos líderes del movimiento independentista irlandés. Las visitas guiadas son muy recomendables, pero te aconsejo reservar con antelación porque las entradas se agotan rápido (nosotras nos quedamos sin).

De allí caminamos hasta la Catedral de St. Patrick, una de las más bonitas de la ciudad. Muy cerca hay una pequeña librería antigua que también se puede visitar (aunque la entrada se paga aparte).

Después dimos una vuelta por la National Gallery of Ireland, donde hay obras de artistas irlandeses y europeos, y seguimos hasta Merrion Square Park para ver la famosa estatua de Oscar Wilde, rodeada de esculturas que representan su vida y obra.

Para comer elegimos Dunne and Crescenzi, un restaurante italiano delicioso que recomiendo muchísimo. En la zona hay varias galerías de arte muy interesantes y varios cafés muy monos. Antes de irnos al aeropuerto, nos fuimos dando un paseo a la fábrica Guinness y aunque nosotras no entramos esta vez, dicen que la visita es muy interesante si eres fan de la cerveza. Nosotras queríamos subir al rooftop y tomar una cerveza de despedida, pero ésto solo se puede hacer si visitas toda la fábrica, así que nos lo dejamos para la siguiente escapada a Dublín (que seguro que habrá más). 


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