Mi ruta - 14 días en Japón

08.09.2019

Antes de empezar este viaje, ya sabíamos que Japón es un país tan grande y con tantos sitios por descubrir que con una sola visita no íbamos a tener suficiente. Así que, sabiendo que querríamos volver (después del viaje aún lo tengo más claro), decidimos hacer base en Osaka, Kioto y Tokio para conocer las tres ciudades más importantes del país y sus alrededores con calma sin querer abarcar demasiado en un primer viaje. Aquí os dejo la ruta que hicimos (y que repetiría al 100%). 

Día 1 : Barcelona - Pekín - Osaka. 

Cómo os comentaba en el post sobre el presupuesto, el vuelo que nos salía más económico hacía escala en Pekín, así que el primer día lo dedicamos 100% al viaje hasta el país nipón.

Día 2: Osaka: Castillo, Nippombashi y Dotombori

El segundo día básicamente pateamos toda Osaka. Para ser exactos, ni siquiera cogimos transporte público. A primera hora visitamos el Castillo de Osaka para evitar encontrar demasiados turistas y la verdad es que lo conseguimos. Paseamos por el parque y sus alrededores y después nos fuimos a conocer Nippombashi, conocido como el Akihabara de Osaka, es decir: el barrio friki. De camino encontramos templos y algún mercado realmente TOP. Me encantó perderme un poco por la ciudad y descubrirla sin mapa. Por la tarde-noche, paseamos por Dotombori, un barrio de luces y neón que me recordó a Times Square. El contraste de esa zona es espectacular: de repente rodeado de centenares de personas y luces por todos lados y de repente, en un callejón tranquilo iluminado con farolillos tradicionales.

Día 3: Osaka: Mirador del edificio Orix, barrio de Ebisuhigashi y Bahía de Osaka

Después de haber visitado el primer día lo más imprescindible de Osaka, el segundo día lo decidimos a buscar el mirador de la torre Orix (gratuito entre semana) y pasear tranquilamente por los barrios más residenciales. Nuestro hotel tenía onsen (baños japoneses) y aprovechamos para probar la experiencia (super recomendable). Dedicamos tiempo a conocer Ebisunhigashi, un barrio súper original con un montón de restaurantes y ambiente. Por la tarde, visitamos el Namba Yasaka Shrine, un templo en forma de dragón que no nos dejó indiferentes. Por último, fuimos a cenar a la zona de la Bahía de Osaka, dónde hay una de las norias más grandes del mundo y un acuario que, por lo que dicen, vale la pena entrar (no somos muy fans de acuarios/zoos...).

Día 4: Kioto: Castillo de Nijo, Mercado de Nisiki y Gion

Sin duda alguna, mi parte preferida del viaje. De Kioto me ha encantado todo. A primera hora cogimos el tren desde Osaka y en 45 minutos estábamos en la ciudad de las geishas. Lo primero que visitamos fue el Castillo de Nijo, una de las construcciones más espectaculares de la ciudad y que teníamos a 5 minutos del hotel. Después comimos en el mercado de Nisiki, donde encontraréis una variedad increíble de manjares japoneses desconocidos para los occidentales. Probamos el calamar y el helado de miel y comimos uno de los mejores ramen del viaje. Por último, visitamos el barrio de Gion y el templo de Kiyomizudera. Por esta zona lo mejor es perderse y callejear...es de cuento. 

Día 5: Nara

A Nara le dedicamos un día entero. A una 1 hora aproximadamente de Kioto, se trata de una ciudad Patrimonio de la Humanidad de la Unesco dónde se encuentran algunos de los templos más importantes del país rodeados de naturalezas (¡y de ciervos!), lo que acaba de hacerlo un lugar único. 

Día 6: Fushimi Inari, el bosque de bambú y Higashiyama

El famoso templo de los mil toris (Fushimi Inari) está a tan solo 20 minutos de la estación central de Kioto. Le dedicamos unas 4 horas en total. Aunque fue uno de los lugares dónde encontramos más turismo, nos alejamos bastante de la muchedumbre por caminos secundarios y llegó un momento en que estábamos completamente solos (tan solos que pensábamos que nos habíamos perdido). Realmente ese rato disfruté al máximo de la naturaleza y los toris. Después nos dirigimos al bosque de bambú que, aunque me decepcionó porque me lo esperaba muchísimo más grande, se encuentra en un entorno ideal. Está en medio de las montañas, rodeado por lagos con nenúfares y casas tradicionales japonesas. Por la tarde, volvimos a Kioto para seguir disfrutando de la ciudad y esta vez nos perdimos por Higashiyama, al lado de Gion, otro de los barrios más tradicionales. Casitas de maderas y calles estrechas que invitan a pasear. En esta zona se encuentra el famoso Starbucks de estilo japonés donde han recreado un salón de té y puedes disfrutar de tu bebida en un futón al más estilo nipón.

Día 7: Kioto: Templo Dorado, Templo Ryoan-Ji y de nuevo Gion

El último día en Kioto lo aprovechamos para conocer los dos templos que estaban más alejados del centro: el templo dorado y el templo Ryoan-Ji. Paseamos por la zona y volvimos caminando hasta el centro (5 km) lo que nos permitió pasar por zonas residenciales que nos encantan (nos gusta perdernos por zonas poco conocidas). Dedicamos la tarde a compras y a volver a Gion, la zona que más nos gustó. Aprovechamos para cenar en la calle Pontocho, una de las más bonitas de la ciudad con un montón de restaurantes preciosos y después paseamos por la zona del río. Cualquiera que haya visitado Kioto sabrá que no exagero: es una de las ciudades más bonitas del mundo y espero poder volver a visitarla pronto.

Día 8: Tokio: Akihabara y Shibuya

Tokio no te la acabas. Ni en 5 ni en 10 ni en 20 días. Así que nosotros intentamos aprovechar al máximo el tiempo y descubrir los barrios más significativos. El tren entre Kioto y Tokio tarda alrededor de 4 horas, con lo que llegamos a Tokio al mediodía. Por la tarde, visitamos Akihabara ( el barrio más freak de la ciudad) y Shibuya (con el famoso cruce más concurrido del mundo). Debo reconocer que esa noche, tuve un momento de decir: "¡wow! demasiados estímulos" y necesitar descansar de tantos rascacielos, pantallas, luz y sonido....es una locura digna de vivir.

Día 9: Nikko y Shinjuku

Aunque había gente que nos había dicho que después de visitar Kioto, Nikko no nos iba a impresionar, para mí es una de las paradas imprescindibles en un primer viaje a Japón. Sus templos, su puente, sus calles en medio de las montañas...me parecieron espectaculares y, sin duda, lo recomiendo muchísimo. Pasamos todo el día en esta ciudad (que, además, está a casi 2 horas de Tokio) y, por la noche, para contrarrestar toda la paz y tranquilidad que me había aportado esta ciudad, paseamos y cenamos por Shinjuku, otra locura de barrio, de gente y de colores. Si visitáis Shinjuku no os podéis perder Omoide Yokocho: un antiguo callejón de la época de la segunda guerra mundial que tiene bares del tamaño de un armario. Es, de nuevo, salir del neón y entrar en el japón más antiguo y tradicional. 

Día 10: Palacio Imperial, parque Yoyogi, Santuario Meiji y de nuevo Akihabara

Este día lo dedicamos a algunos de los puntos imprescindibles de Tokio. El Palacio Imperial no lo visitamos por dentro (creo que se puede si llegas muy pronto, pero no fue nuestro caso) pero recomiendo pasear por los alrededores. Después, visitamos el parque Yoyogi y el Santuario Meiji que de nuevo me impresionó por sus dimensiones y por el contraste con las calles de alrededor. Es como entrar a otra dimensión. Y por último, volvimos por la zona de Akihabara: Albert se había empeñado en que conseguía un peluche en las máquinas-pinza y no se iba a volver sin él (lo consiguió por cierto :) ). 

Día 11: Asakusa, Mirador del ayuntamiento y Cena en Estrella Michelín

Seguimos conociendo Tokio y este día dedicamos tiempo a Asakusa, uno de los barrios más tradicionales dónde se encuentra un templo con su mismo nombre que, aunque parezca mentira después de haber visto tantos, volvió a encantarme por su tamaño, su pagoda y los jardines de su alrededor. Por la zona hay muchas tiendas dónde comprar souvenirs y acabamos pasando la mañana por la zona. Por la tarde nos fuimos al mirador del ayuntamiento que es gratuito y ofrece una de las mejores vistas de la ciudad (estaba nublado cuando nosotros fuimos y no pudimos ver el Monte Fuji). Por la noche, fuimos al restaurante Nakiryu, restaurante con 1 Estrella Michelín desde 2017 y dónde el plato de ramen cuesta 10€. ¡Una pasada! Tuvimos que hacer 1 horita de cola pero valió 100% la pena.

Día 12: Disney Sea Tokio

En Tokio hay dos parques Disney: Disney Land y Disney Sea. Recomiendan ir a Disney Land si no has visitado el de París o el de Orlando, pero como para nosotros no era la primera vez en un parque Disney decidimos pasar el día en Disney Sea, un parque dedicado al "agua". Disfrutamos como niños pequeños. 

Día 13: Torre de Tokio y Ginza

El último día en Tokio decidimos ir a ver la famosa torre que nos decepcionó bastante por lo pequeña que es (no me preguntéis por qué pero me la esperaba muchísimo más alta). Después, decidimos ir a comer a Ginza, el barrio lujoso de la ciudad. Por la noche, vuelo en dirección a Shangai para poner fin a nuestro viaje.

Día 14: Vuelta a Barcelona 

Después de una escala de 4 horitas en China y 9 horas de vuelo, llegamos a Barcelona y ponemos fin al primer (que no último) viaje a Japón. 


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El tema del presupuesto es siempre super subjetivo y depende del estilo de viaje que quieras hacer. Como en todos lados, el hotel que elijas, los restaurantes o incluso las actividades que decidas hacer en cada ciudad influirán directamente en el presupuesto que necesitas.

Que los japoneses son súper organizados. Silenciosos en el transporte público y extremadamente puntuales. Que en los restaurantes hay miniaturas de los platos que ofrecen. Que hay un profesión que es la de "empujador" para que quepa más gente en el metro. Que pueden dormir en cualquier lado y en cualquier momento o que hablamos de uno de los...