Parque Sibelius - la zona verde más famosa de la ciudad y el
lugar más alejado al que fuimos. El punto angular del parque es el monumento
metálico de 600 tubos de acero en honor a Jean Sibelius, un famoso compositor
finlandés. Dicen que cuando sopla el viento,
los tubos producen música. No tuvimos el honor de escucharlo pero nos
encantó pasear por el parque. Aunque llegamos con el tranvía, decidimos volver
al centro de la ciudad dando un paseo al lado del mar pasando por el Café Regatta,
un rincón precioso, al lado del agua, al que dijimos que volveríamos seguro en
nuestra próxima visita a la ciudad a probar sus famosos cinnamon rolls.
Mercado viejo (Vanha Kauppahalli) –
aunque pequeñito, vale la pena visitar este mercado ubicado en el puerto
restaurado hace poco. Está lleno de tiendecitas de salmón y otras comidas
típicas. Nos ha llamado la atención el precio del caviar: el bote de medio
kilo, ¡3200€!. Nos pareció el sitio ideal para comer o cenar y probar comida
típica (y algo gourmet) aunque quizás no es la mejor opción si llevas un
presupuesto ajustado.
Plaza del mercado – justo delante del
mercado viejo, se encuentra esta zona llena de tenderetes que entremezclan
puestos de comida tradicional (tanto para comer in situ como para llevar) y
paraditas de souvenires. Hemos visitado la ciudad en pleno agosto y nos ha
sorprendido ver mantas, abrigos y guantes en todas las tiendecitas.
Tori – es el barrio entre los mercados
y la plaza del Senado. Tiene calles adoquinadas muy monas con guirnaldas de
banderitas que junto a las casitas de colores hacen que sea paseo muy
recomendable.
Esplanadi – es un boulevard que une la
estación central con la zona del puerto, así que seguramente pases sí o sí. Se
encuentran las tiendas más lujosas de la ciudad y algunos cafés preciosos. Nos
ha sorprendido lo muy cuidados que tienen todos los jardines y este camino no
es una excepción: toda la zona que bordea el paseo central está cargada de
flores de colores expuestas de forma
elegante y cuidada.
Allas sea Pool – solo lo vimos desde
fuera pero son unas piscinas al lado del mar: dos de ellas calientes y otra a
temperatura ambiental. En pleno agosto no tenía mucho mérito que tuviesen
bañistas: ¡me gustaría ver que pasa en diciembre!. Aunque no entréis vale la
pena subir las escaleras del restaurante del propio complejo para tener unas
vistas bonitas del puerto, la noria y las piscinas.
*Bonnus
Track* : Lonna – aunque no nos ha dado tiempo, si hubiésemos tenido un día
más en la ciudad hubiésemos cogido un ferry para visitar esta pequeña isla muy
cerca de Helsinki con una de las saunas más famosas de la ciudad por estar completamente rodeada de naturaleza. Es una experiencia que se nos queda pendiente para la próxima
visita.