Un fin de semana en Luxemburgo

12.02.2022

Luxemburgo, ese pequeño país entre Alemania, Bélgica y Francia, es el lugar perfecto para una escapada de fin de semana. En navidad tiene sus mercadillos navideños y en primavera-verano aumenta su interés por las visitas a los viñedos (y las catas de cremant de Luxemburgo). Nosotras hemos alquilado un coche durante un día para conocer algunos puntos del país y hemos disfrutado de la capital con una luxemburguesa adoptiva 😊. Os dejo una idea de planes que os puede interesar si decidís visitar este país.

RUTA DE 1 DÍA EN COCHE

Nuestra primera parada fue al sur del país, en Schengen, un pueblo situado a orillas del río Mosela que tiene la gracia de hacer frontera entre Luxemburgo, Alemania y Francia. Si os suena el nombre, seguramente también sea por el famoso acuerdo "espacio Schengen" de la Unión Europea de libre circulación que recibe el nombre por haberse firmado aquí. Podéis entrar a un museo de la Unión Europea (gratuito) y dar un pequeño paseo por el pueblo. En primera y verano encontraréis cerca algunos viñedos para visitar y degustar el famoso vino cremant del país. Esto nos queda pendiente para la próxima visita. De camino al castillo de Vianden, paramos en Echternach, la ciudad más antigua de Luxemburgo. Es bastante pintoresca y se merece una paseada rápida por el centro. Nosotras aprovechamos para tomar un café y entrar en calor además de entrar a la Basílica de la abadía de Echternach. 

En Luxemburgo hay unos 50 castillos de época medieval y uno de los más espectaculares es el Castillo de Vianden, construido entre los siglos XI y XIV. Perteneció a la familia gran ducal luxemburguesa hasta 1977 y ahora es propiedad del Estado. Aunque originariamente es de estilo románico, en siglos posteriores se le fueron añadiendo elementos de estilo gótico. El precio de la entrada es de 7€, pero por dentro está vacío, así que os recomiendo más pasear por los alrededores y por el pueblo. Nosotras comimos en Vianden, en el Auberge Aal Veinen Hotel y sin duda os lo recomiendo: buenas carnes, platos enormes y precios correctos. 

Después de comer, nuestra siguiente parada fue Clervaux, un pequeño pueblecito con encanto donde visitar su castillo del siglo XII y la enorme abadía Saint-Maurice-et-Saint-Maur desde donde hay unas bonitas vistas al pueblo. Por último, paramos en Esch-sur-Sûre, un pueblo minúsculo de apenas 300 habitantes que se sitúa en un valle entre majestuosas montañas y el río Sûre. Por si situación no fuese suficientemente buena, en lo más alto tiene un castillo del siglo VIII del que se conservan algunas torres y algún recuerdo de muralla. Fue la parada justo antes de la puesta de sol y puso el broche final a un día precioso por Luxemburgo. 

Esta no era mi primera vez en Luxemburgo y de la vez anterior recuerdo impresionarme muchísimo con el Cementerio y monumento estadounidense de Luxemburgo, súper cerca del centro de la ciudad. El cementerio que ocupa unas 20 hectáreas de extensión contiene los restos de 5.076 militares estadounidenses fallecidos durante la Segunda Guerra mundial. 

CIUDAD DE LUXEMBURGO

El centro histórico de Luxemburgo se visita fácilmente en una mañana. La ciudad se divide en La Ville Haute y la Villa Basse. La zona alta, conocida como la ciudad vieja, tiene unas espectaculares vistas a la zona Baja con todos los tejados típicos de protagonistas. Los luxemburgueses dicen que es el balcón con las mejores vistas de Europa (pero eso es posiblemente porque no conocen el balcón de Europa en Nerja). Por el centro también podrás ver el Palacio Gran Ducal, donde todavía viven los Duques del país. Es importante para los locales porque es un símbolo de independencia nacional.
De camino a la zona baja, se puede pasear por unas galerías militares subterráneas construidas durante la ocupación española como refugio de las tropas y de los habitantes del país. Aparte de esto, mi recomendación es que callejeéis y os perdáis por las antiguas calles de piedra y por el paseo de al lado del río. 


Cuando llegue el momento de saciar el apetito, en la capital nosotras cenamos en Um Dierfgen, superacogedor para probar comida típica luxemburguesa. También os recomiendo que vayáis a desayunar a Chocolate House Nathalie Bonn: aparte de tener una cantidad inhumana de pasteles recién hechos, puedes elegir el chocolate (entre más de 40 distintos) y derretirlo directamente en la leche para hacer el chocolate caliente a tu gusto.  


Otros artículos que podrían resultarte interesantes:

Aunque Lago di Como bien se merece 4-5 días para visitarlo con tranquilidad y disfrutar de cada uno de sus pueblos, sois muchos los que elegís Milán y Lago di Como para un fin de semana largo o puente (3 días) y nosotras, aunque lo juntamos con Cinque Terre, fue ese el tiempo que le dedicamos a esta zona. Así...

Milán es el patito feo de Italia. Mucha gente dice que no tiene encanto; que no hay nada que ver en la capital de la moda italiana. Y yo, lo siento, pero no estoy de acuerdo. Aunque es verdad que Florencia, Roma o Nápoles le dan mil vueltas (desde mi punto de vista), Milán está guay para estar 1 día o incluso pasar un fin de semana más "d...